A veces nos cuesta tanto expresar lo que sentimos que llegamos al punto de la desesperación por soltarlo, la necesidad de gritar esos sentimientos atrapados en un cuerpo débil e insensible.
Necesidad de rozar su piel sin preocupaciones ni temores.
Necesidad de huir dejándolo todo atrás.
Necesidad de sentir el calor de su abrazo.
Necesidad de querer y poder.
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