Vaya lástima

Ya no quiero dormir,
pues, estaré sola.
Tampoco quiero que sea mañana
para tener que hacer ese esfuerzo de levantar el orgullo,
y arrastrarlo tras de mí día a día.
Aunque es inevitable preocuparme,
y preguntar: "¿Qué tal le va la vida...? ¿Es feliz?"
Porque mi mirada siempre buscará la suya,
para poder ver en el espejo de su alma,
y saber cómo sigue después de todo.

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