Ya, claro.

La perfección para ti existe en la mínima palabra de aliento,
o en cualquiera que sepa tratarte, cosa que es fácil.
Te repites como si siempre sintieras lo mismo con todas;
ni un poco más, ni un poco menos, siempre igual.
E intentas quedar bien ante las apariencias de la gente;
"Es buen chico, no te hará daño..."



No hay comentarios:

Publicar un comentario