La luna llena sobre París.

Cantaba la melodía de su canción,
y lo entendió todo; sus días se irían repitiendo
hasta que uno de ellos fuese perfecto.
Esa era la única condición que su destino le propuso
y que por el momento parecía lógica y respetable.
Necesitaría muchos días para avanzar,
pero no los dejaría pasar libremente,
pues eso no había dado resultado tiempo atrás.
Solo necesita un día dulce.





2 comentarios: